lunes, 22 de febrero de 2010

(AGRICULTURA DE LA SANDIA) HORTICULTURA


Familia: Cucurbitáceas
Nombre científico: Cucumis citrullus o Citrullus vulgaris
Origen/distribución: Se estima que tiene su origen en el África tropical. No obstante, fue traída a Europa por los árabes, probablemente desde la India y Pakistán, así se puede deducir del nombre en árabe sindiya, es decir, procedente de la población de Sind, en Pakistán.

LA SANDIA

La sandía es una planta herbácea muy apreciada por sus carnosos y refrescantes frutos. Si se dispone de espacio en la huerta (desarrolla bastante), y suficientes horas de sol, vale la pena dedicarle un poco de nuestro tiempo.

Se trata de una planta anual, de tallo rastrero o trepador, hojas profundamente lobuladas, más o menos pilosas, flores amarillas monoicas (masculinas y femeninas en la misma flor), fruto muy dulce, de pulpa encarnada o amarilla muy acuosa con muchas pepitas en su interior, de tamaño grande (hasta 20 kg. de peso), esférica u oblonga, y la corteza habitualmente de color verde oscuro o con manchas o listas variables.


REPRODUCCION Y CULTIVO

Las sandía se reproduce por semillas. Se siembran directamente en el terreno definitivo a finales de marzo o principios de abril, en caballones separados un metro, dejando unas cuatro pepitas en cada hueco enterradas unos 15 cm., y cubriendo éstos con arena (no con tierra). Los huecos también tienen que estar distanciados un metro entre sí (desarrolla mucho en superficie). Existe otro sistema para multiplicar las plántulas, consistente en enterrar parte de los tallos que nazcan para que enraícen, cortando después la parte del tallo que queda unido a la planta; es un método similar al que se utiliza para multiplicar los estolones de los fresones.

La sandía requiere un suelo muy trabajado y abundantemente estercolado, que se realizará poco antes de proceder a la siembra. Cuando nazcan las plantas, es conveniente eliminar todas las hojas y dejar solo dos. Posteriormente, en cuanto nazcan los frutos, eliminar éstos dejando sólo cuatro en cada planta. De esta forma se consigue reforzar la planta y producir un desarrollo más óptimo.

Hay que regar sólo cuando la tierra lo pida (demasiado riego hace insípidos los frutos), alternando siempre con una labor de binado (cavando el suelo con cuidado para no dañar los tallos ni las raíces), es decir, binando cuando no toque regar, con objeto de eliminar las malas hierbas y que la humedad del fondo aflore a la superficie, evitando así el riego excesivo. Regularmente, y a partir de que el fruto tenga el tamaño de un melocotón, es conveniente ir dándole media vuelta para que madure uniformemente

SUELOS QUE SON ACTOS PARA LA SANDIA

La sandía prefiere los suelos ricos en elementos fertilizantes, profundos y de consistencia media, no siendo conve­nientes los suelos pesados (arcillosos) ya que frenan el crecimiento y desarrollo de la planta de sandía.

En cuanto al pH, la sandía tiene preferencia por suelos ligeramente ácidos, entorno a 5,5. Los suelos alcalinos, frecuentes en España, pueden ocasionar deficiencias en la absorción de microelementos.
En estos suelos es importante aplicar abonos que no aumenten el pH del suelo y en lo posible que lo reduzcan, como es el caso de los abonos estabilizados (Tec­nología ENTEC®) que pueden rebajar el valor del pH en dos o más unidades, siendo su efecto tanto más fuerte cuanto más alto sea el pH del suelo.

Es esencial retrasar la fertirrigación tras la plantación o nascencia de las plantas de sandía unos 15 o 20 días (depende de las condiciones climáti­cas) para que se desarrolle al máximo su sistema radicular ya que un aporte de abono por fertirrigación desde las primeras fases tiene como conse­cuencia que el crecimiento de la raíz se limita al bulbo húmedo. Un mayor desarrollo inicial de la raíz puede ayu­dar a evitar accidentes tan importan­tes como es por ejemplo el colapso.
Además los excesos de agua y humedad en el suelo producen asfixia radi­cular, y problemas de podredumbre de cuello y raíz.
Por ello será conveniente aplicar un abono de fondo que pro­porcione el abono a medida que la planta lo necesita.
Un abono de libe­ración lenta permite dilatar el periodo sin fertirrigación hasta dos meses des­pués de trasplante y aporta una base nutritiva idónea “de seguridad” durante el ciclo productivo de la sandía.
Ade­más el bajo efecto salinizante de estos abonos reducen al mínimo el riesgo de daños a las raíces de las plantas de sandía recién trasplantadas.

Es importante aplicar en cada momento los nutrientes necesarios y en la proporción adecuada para evitar un desarrollo vegetativo excesivo, escasa floración y producción deficiente.
Ade­más con una eficiente dosificación del abonado se consigue reducir el riesgo de fisiopatías y enfermedades.

El nitrógeno interviene directamente en el desarrollo de la planta de sandía, incrementa la producción al aumentar el número de flores femeninas y por tanto el número de frutos. Sin embargo, un exceso de nitrógeno o una relación N/K no adecuada puede ser el cau­sante del rajado del fruto y un desa­rrollo vegetativo excesivo.

El potasio es necesario en la flora­ción, en el engorde y maduración del fruto ya que favorece la síntesis de azú­cares y evita el rajado, además con­fiere una coloración rojo intensa a la pulpa.
La sandía requiere aportes ele­vados de potasio, superiores a los de nitrógeno.

El fósforo favorece el desarrollo de las raíces, estimula el crecimiento y la pre­cocidad, además tiene gran importan­cia para la floración de las flores femeninas, por lo que hay que mantener un buen nivel de fósforo hasta la fase de floración.

Otro macroelemento esen­cial para el desarrollo adecuado de la planta de sandía es el magnesio, ele­mento central de la molécula de cloro­fila y por tanto responsable de la sínte­sis de materia vegetal.

En definitiva para una correcta práctica de abonado es igualmente importante la cantidad de nutriente aplicada como la aplicación de la relación de equilibrio adecuada en cada fase de la planta de sandía.

RECOLECCION
Se recolectan cuando los frutos alcanzan el tamaño adecuado, y la corteza presente el tono que corresponde a la especie cultivada. Un sistema para saber si está maduro es dar unos golpecitos, que no deben sonar a hueco; otro sistema es colocar el oído bien pegado a la corteza como una ventosa, y sujetándolo con ambas manos estrujar un poco (no con fuerza para no dañarlo), si suena como un crujido por efecto de la presión que imprimimoo para recolecta


ES FUNTE DE ENERGIA LA SANDIA?
Es una sana fruta diurética, contiene vitaminas A, B, C, y otros oligoelementos.
La sandía, al igual que el melón es refrescante en verano y da una sensación de bienestar general.

Por tener alto contenido de sales minerales calma la sed y aporta a la sangre sus propiedades depurativas, se neutralizan los humores y ayuda a renovar las capacidades glandulares. Es estimulante del apetito y los niños disfrutan al igual que los mayores...


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