lunes, 22 de febrero de 2010

LABRANZA DE CONSEVACION Y LABRANZA CONVENCIONAL






La labranza de conservación podría requerir diferentes tipos de llantas del tractor
Los granjeros que usan la labranza de conservación podrían necesitar diferentes tipos de llantas del tractor en el futuro para reducir compresión del suelo, según un estudio por el Servicio de Investigación Agrícola (ARS).
La compresión del suelo es causada por el peso de las llantas del tractor que aprietan el suelo. Cuando los granjeros usan los tractores, ellos tratan de reducir al mínimo la compresión del suelo porque esa puede impedir la filtración del agua a las raíces de las cosechas y aumentar erosión del suelo y escurrimiento del agua.
El ingeniero agrícola Thomas R. Way del ARS, ubicado en el Laboratorio Nacional de la Dinámica del Suelo en Auburn, Alabama, dirigió la investigación en cooperación con Tadashi Kishimoto de la Universidad Obihiro de Agricultura y Medicina Veterinaria en Japón. En el estudio, los investigadores usaron una llanta de tractor equipada con seis sensores en la rodadura para estudiar la presión de las llantas en los suelos cultivados y no cultivados. Ellos descubrieron que la presión era menos uniforme en los suelos de arcilla con labranza de conservación, y más uniforme en los suelos cultivados.
Se espera que esta investigación ayude a los fabricantes a ajustar la presión del contacto de la llanta y el tamaño de la parte de la llanta llamada 'lug'–las partes elevadas de la rodadura. Los 'lugs' tienen mucho contacto con el suelo y ellos también pueden afectar la compresión. Cambios en la presión y el tamaño de la llanta podrían ayudar a reducir la compresión en los campos de labranza de conservación. Esto es importante porque la popularidad de la labranza de conservación está aumentando.
Durante el estudio, los investigadores también fueron sorprendidos por la semejanza de otro factor llamado eficiencia tractiva en los campos cultivados y no cultivados. La eficiencia tractiva es una medida de la eficiencia de las llantas en convertir el poder de la rueda al trabajo útil.
La eficiencia de combustible del tractor aumenta con la eficiencia tractiva. Antes de comenzar el estudio, los investigadores pensaron que la eficiencia de combustible del tractor sería más en los suelos con labranza de conservación. Pero el estudio mostró que la eficiencia tractiva fue igual en los suelos cultivados y no cultivados, significando que en realidad hubo poca diferencia en la eficiencia de combustible


Labranzaconvencional

¿Por qué algunos productores siguen utilizando la labranza convencional?
Por definición la labranza tradicional o convencional es la labranza que se hace tradicionalmente, en una determinada zona para un determinado cultivo.
En general se asocia al término labranza convencional con la realización de laboreos agresivos que, mal utilizados por plazos no demasiado prolongados, pueden afectar la integridad del suelo, especialmente en suelos de baja estabilidad y/o con pendiente. Por lo general, esto se maneja o se decide con mucho de costumbre o de tradición.
De todas maneras, el laboreo convencional es una buena forma de lograr algunos objetivos de manejo, como por ejemplo control de malezas, control de algunas plagas y la mineralización de algunos nutrientes, básicamente nitrógeno que en nuestra zona es un nutriente deficitario a pesar del tipo de suelo rico en materia orgánica que tenemos.
Cuando ejercemos una labranza agresiva sobre el suelo incorporamos los rastrojos y agilizamos su descomposición y la mineralización de la materia orgánica con la consecuente liberación de nitrógeno, otros nutrientes importantes y, también, de dióxido de carbono, que es uno de los gases responsables del efecto invernadero.
El fundamento por el que los primeros agricultores empezaron a laborear el suelo, fue crear un ambiente de suelo adecuado para el crecimiento de los cultivos iniciando por crear una cama adecuada para colocar la semilla bien en contacto con el suelo para que germinara rápida y uniformemente. Quizás por un exceso de celo, se refina demasiado el suelo, pero no es necesario. Se puede lograr un buen contacto de la semilla con el suelo aunque tenga cierto nivel de cascotes, de partículas grandes, entendiendo por tales aquéllas que son más grandes que la semilla.
Entonces, las ventajas fundamentales de la labranza convencional serían:
Control de malezas.
Liberación de nutrientes.
Control de algunas plagas.
Garantizar una rápida y uniforme emergencia del cultivo
¿Cómo se ve afectada el agua contenida en el perfil del suelo con la labranza convencional?
Este es uno de los problemas de la labranza convencional o de cualquier laboreo que signifique un movimiento de suelo. Al remover el suelo no sólo se expone a la materia orgánica para que se mineralice sino que también deja expuesta el agua retenida en los poros para que se evapore. Laboreos sucesivos exponen al suelo a que siga evaporando su agua y es un problema.
Desde el punto de vista de nuestra zona, el sudeste de la provincia de Buenos Aires, hay altas probabilidades de que al momento de la siembra del trigo el suelo esté cargado de agua, independientemente del laboreo que se haya hecho. No obstante, sí puede suceder que a pesar de que el perfil del suelo esté con su capacidad colmada; la capa superficial, donde se tiene que sembrar, esté seca, haciendo necesario esperar el rehumedecimiento para poder hacerlo.
De todas maneras cuando se siembra el trigo en julio-agosto, que es lo más común, por lo general, no hay problemas de este tipo. Pero en años secos, los primeros 5 a 10 centímetros pueden secarse demasiado y la semilla tener problemas de imbibición y, con ello, de germinación despareja dando como resultado una implantación deficiente y aumentando la posibilidad de incidencia de enfermedades y plagas.
Otro de los problemas de las labranzas que dejan el suelo desnudo, como la convencional, es cuando llueve con cierta intensidad. Esta lluvia se asocia a gotas muy grandes, cargadas de mucha energía que tienen la capacidad de romper los agregados del suelo y, por lo tanto, de producir planchado y reducir el ingreso de agua al suelo.
¿Qué es el planchado?
El planchado se produce cuando las partículas resultantes de la rotura de los agregados del suelo tienden a tapar los poros sellándolos y formando una costra cuando se seca.
A su vez si el suelo está en pendiente y no está con condiciones de absorber toda el agua que cae, ésta comienza a correr por la superficie, arrastrando las partículas desprendidas. Este es el fenómeno de erosión hídrica que es un problema bastante generalizado en el sudeste bonaerense. Es un problema muy serio porque se pierde el suelo más fértil y con ello muchas de sus propiedades.
¿Cómo afecta la labranza agresiva a la materia orgánica del suelo?
Lo que se hace con el laboreo es simplemente romper los agregados del suelo, exponer materia orgánica, aumentar la oxigenación del sistema, y aumentar la actividad biológica.
El tema del carbono, que es la materia orgánica del suelo, es una cuestión de balance entre lo que se mineraliza, que es una buena parte de lo que se pierde además de lo que se va por erosión, y lo que se gana a través de los residuos vegetales que vuelven al suelo. Esto depende de la historia del lote, qué cultivos hubo, cuál fue su rendimiento, ya que esto condiciona la cantidad de rastrojo, y también de qué se hizo con el rastrojo, si se pastoreó, se enrolló o enfardó, o si se incorporó o no.
Si nosotros provocamos mineralización intensa y no reponemos una cantidad acorde de materiales vegetales, nuestro balance será negativo y estaremos perdiendo materia orgánica. Eso es lo que ocurre en general con la labranza convencional.
Si no se hace un manejo adecuado, ¿cuáles son las consecuencias de la pérdida de materia orgánica?
La materia orgánica es uno de los factores clave en el manejo del suelo ya que es la encargada de un gran número de funciones en el suelo.
Es el sustrato de los microorganismos que viven en el suelo, el alimento natural. Ellos hacen las transformaciones en el suelo cuyo producto luego aprovecha la planta.
También tiene la función de mantener la estructura física del suelo. Si el suelo pierde materia orgánica, pierde su capacidad de resistir los cambios provocados por el uso. Los agregados se hacen más débiles. Los poros tienden a ser más chicos o directamente a perderse, limitando el intercambio de gases y el pasaje del agua y retención de agua.
La materia orgánica es el reservorio de nitrógeno en el suelo, si disminuye el contenido de materia orgánica se reduce la capacidad del suelo de aportar nitrógeno a los cultivos. Algo similar ocurre con otros nutrientes (p.ej. fósforo, azufre).
Además de todo eso, en las últimas décadas, se está dando importancia al manejo de suelo en cuanto a su posibilidad de influir en lo que se denomina secuestro de carbono.
Todos sabemos que el dióxido de carbono es uno de los gases que provocan el efecto invernadero. Cuando se mineraliza la materia orgánica o se descomponen los residuos se elimina a la atmósfera una gran cantidad de ese gas.
Si a través de manejo podemos fijar materia orgánica al suelo en lugar de mineralizarla tan activamente, estaríamos reduciendo una buena parte del dióxido de carbono que surge del suelo hacia la atmósfera. Sería una contribución de la agricultura hacia el ambiente. Con la labranza convencional este logro se hace un poco dífícil.
La labranza convencional tiene otro inconveniente que es el consumo de combustibles fósiles que también contribuye al efecto invernadero. Menos labranzas significa menor utilización de combustibles y, por lo tanto, menor emisión de gases hacia la atmósfera.
Mantener la materia orgánica es un objetivo importante en un sistema de producción.
¿Hay alguna manera de minimizar los inconvenientes que provoca el uso de la labranza convencional?
El punto de partida para toda decisión de manejo de suelo es conocer sobre qué suelo uno va a empezar a trabajar. Conocer el suelo no sólo significa conocer las características propias del suelo sino también en qué posición del paisaje está ubicado. Entonces, una forma de mejorar el uso de las labranzas es discriminar en qué suelo y en qué época del año se la va a emplear dependiendo de los efectos que se espera produzca y de las características del ambiente.
Si estamos trabajando sobre suelos de bajo contenido de materia orgánica, con textura arenosa o tendiendo a ser arenosa sería recomendable no emplear labranza convencional.
Por otro lado, no debería utilizarse labranza convencional en las épocas del año en que las lluvias son potencialmente erosivas y, por supuesto, tampoco en los sectores donde el suelo esté en pendiente.
La recomendación para reducir los efectos de la labranza convencional es hacer la menor cantidad de operaciones que sea posible o indispensable. Hacer las operaciones de laboreo en las condiciones óptimas de suelo para cada tipo de labor, ni demasiado seco ni demasiado húmedo, ni a demasiada velocidad ni a demasiada profundidad. Cada operación con la agresividad más adecuada para la humedad que tenga, con la velocidad de trabajo que corresponda y con el menor número de pasadas posible. Sólo lo que sea estrictamente necesario.
Esto significa, que podamos colocar la semilla en camas de siembra que no necesariamente tienen que estar hechas un polvo, que pueden tener cierto grado de cascotes, combinando esto con la sembradora que se va a utilizar. No todas las sembradoras hacen bien su trabajo cuando el suelo está algo "cascotudo".
Si el productor o el contratista no cuentan con máquinas sembradoras que trabajen bien esas condiciones, habrá que hacer otro tipo de laboreo para reducir aún más el tamaño de partícula y permitir una buena siembra, aunque, sabemos, se incrementan los riesgos de dañar al suelo. Todas las decisiones de manejo tienen que tener en cuenta al sistema de manera integral.
En concepto general cuanto menos operaciones se hagan, menos efectos negativos en el sistema vamos a tener.
Resumiendo, para mejorar lo que llamamos labranza convencional tendríamos que, primero, tomar la decisión en función del ambiente y la época del año en que lo vamos a hacer y, segundo, pensar en hacer la menor cantidad posible de pasadas de máquinas, con la humedad del suelo y la velocidad de trabajo adecuadas. El objetivo fundamental es lograr el cultivo con el menor daño posible al suelo y reponiendo todo lo que sea necesario.



Bibliografia: wikipedia

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