miércoles, 17 de febrero de 2010

SALINIDAD EN LOS SUELOS




Cuando se habla de suelos salinos o de salinidad, muchos ciudadanos e incluso numerosos técnicos ambientales inmediatamente piensan en un proceso de degradación de suelos. Un ejemplo de ello consiste en introducir estos términos en un buscador y analizar el contenido de las páginas Web que deambulan por el ciberespacio. Sin embargo, la realidad es que los suelos salinos se dan también bajo condiciones ambientales naturales, es decir sin la intervención de la actividad humana. Más aun, ciertos edafotaxa salinos atesoran una enorme belleza. Otra cosa bien distinta es que (i) suelen ser suelos no muy aptos para la producción agraria, pastoral y forestal, así como que de este hecho se deriva que (ii) las prácticas humanas que generan la salinización de los suelos merman, o incluso impiden su vocación productivista. Diversas civilizaciones del pasado pudieron iniciar su decadencia por esta causa. Los suelos salinos son aquellos muy ricos en sales, ya sea por causas natrales u antrópicas, existiendo varios tipos distintos, según el grado de salinidad y el tipo de sales dominantes. Este post va dirigido a los jóvenes estudiantes, por lo que los expertos no extraerán información de interés.
La salinidad del suelo se refiere a la cantidad de sales en el suelo y puede ser estimado por la medición de la conductividad eléctrica (CE) de una solución extraída del suelo. La sal es un compuesto químico formado por de iones con carga negativa enlazados a iones con carga positiva. Un fertilizante es una sal.

Los factores que afectan la salinidad del suelo
Varios factores afectan la cantidad y composición de sales en los suelos:
El agua de riego - La cantidad total de sales disueltas en el agua de riego, y su composición, influyen la salinidad del suelo. Por lo tanto, varios parámetros, como el CE de la fuente de agua y su contenido de minerales deben ser probados.
Abonos - El tipo y la cantidad de fertilizantes aplicados al suelo afectan a su salinidad. Algunos fertilizantes contienen altos niveles de sales que son potencialmente perjudiciales, tales como cloruro de potasio o sulfato de amonio. El mal uso de fertilizantes conduce a la acumulación de sales en el suelo, y debe ser evitado.
Régimen y métodos de riego - Para prevenir la acumulación excesiva de las sales en la zona radical, es necesario aplicar una cantidad extra de agua, la fracción de lavado, de manera que supere a la necesaria para la evapotranspiración. Esta fracción de agua debe pasar a través de la zona radical para desplazar, de este modo, el exceso de sales. La frecuencia y la cantidad de lavado dependen de la calidad del agua, del clima, del suelo y de la sensibilidad del cultivo a la salinidad. Cuando el suelo se seca, la concentración de los sales en la solución del suelo se aumenta. Desde que sales se mueven el suelo con la frente mojada, las sales se acumulan en perfiles específicos según el régimen de riego y el tipo de equipo de riego utilizado. Por ejemplo, al regar mediante aspersores, el agua y las sales mueven más profundo, según la capacidad de la infiltración del suelo y la cantidad de agua aplicada, hasta que se paren en una cierta profundidad. Cuando se utiliza goteos - también hay un movimiento lateral de agua y sales.
Las características del campo y su historia agrícola - Un suelo mal drenado, podría llegar a nivel de salinidad que es perjudicial para las plantas y la cosecha entera. Un suelo que no fue lavado después de un anterior ciclo de cultivo puede contener alto nivel de sales acumuladas.

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